Gracias infinitas a las primeras líneas invisibles

Compartir

Nota de Prensa

Gracias infinitas a las primeras líneas invisibles

 

Íñigo Vázquez
Presidente AEMER

Desde AEMER, queremos agradecer de una manera especial, a esas personas que están en primera línea y a las que desgraciadamente estamos dotando de medios muy precarios para combatir la situación actual.  Por supuesto que, la cara visible del símbolo de lucha, la representa el sector sanitario, pero desde aquí nos gustaría agradecer igualmente a otros sectores, que sin tanta visibilidad, están prestando una labor absolutamente indispensable: el sector de servicios en general, y en este caso nuestros técnicos de mantenimiento que trabajan en las instalaciones.  Más que nunca, nuestros técnicos  y personal de las empresas mantenedoras, han estado por encima de cualquier situación. Su esfuerzo, lealtad, responsabilidad, profesionalidad y solidaridad en aras de garantizar la necesaria  demanda energética, no debe hacernos olvidar que estamos en deuda con ellos, y de ahí nuestro eterno agradecimiento.

Esta pandemia es demasiado importante, como para que debamos confiarle la solución a unos pocos; y por ello el aporte de cada uno de nosotros es más necesario que nunca. Las empresas de mantenimiento independientes (ISPs, Independent Services Providers), se han volcado en dar las mejores soluciones en un escenario precario y de situaciones sobrevenidas, pero nuevamente, sin el imprescindible esfuerzo de nuestros técnicos, esto sería completamente imposible; “con mascarillas pero sin mascaras”: con  mascarillas impregnadas de solidaridad y sin mascaras del decir pero no hacer.

Desde los orígenes de nuestro sector, hemos aprendido a convivir con el riesgo (trabajos en altura, riesgos eléctricos,….), y nos sentimos orgullosos de haber realizado proyectos que han contribuido a llevar las plantas de energías renovables a muchos confines del mundo y, sobre todo a mantenerlas, para hacerlo un poco más sostenible y ecológico. El COVID 19 es un riesgo más, que superaremos y al final, habremos aportado nuestro imprescindible granito de arena a este esfuerzo global necesario.

Todas las tardes, a las 20:00 salgo al balcón a unirme al aplauso generalizado por el esfuerzo del personal sanitario, pero cada día, mi aplauso se hace más extensible a todo ese personal de servicios: en este caso nuestros técnicos que se desplazan a las plantas renovables, o se encuentran aislados en algún país; desde la invisibilidad nos van a permitir superar esta imprevista e incómoda situación.

Una vez más, se demuestra la importancia del mantenimiento operativo de instalaciones, ubicadas muchas veces en lugares remotos y que en las circunstancias actuales, en muchos casos sin los servicios mínimos necesarios, hacen especialmente difícil el trabajo, situación que cuando todo esto se acabe habrá que necesariamente tener en cuenta.

Gracias  infinitas compañeros. Gracias por poder expresar nuestro orgullo de que nos dejéis llamarnos compañeros vuestros.