La fatiga y el estrés amenazan la seguridad en el sector renovable: AEMER advierte que los riesgos psicosociales deben tratarse como parte esencial de la prevención.
El sector afronta un reto silencioso: integrar el bienestar mental en la estrategia de seguridad, tal como se debatirá en el evento “La importancia de la prevención de riesgos”.
Durante años, la prevención de riesgos laborales se asoció a peligros visibles: caídas, golpes, atrapamientos o contactos eléctricos. Sin embargo, los riesgos psicosociales en energías renovables han ganado peso por su impacto directo en la seguridad. La fatiga, el estrés y la presión por objetivos no dejan huellas físicas inmediatas, pero deterioran la atención, ralentizan la reacción y multiplican la probabilidad de accidente.
La dimensión invisible que afecta a la seguridad
En entornos de alta exigencia técnica como la eólica y la fotovoltaica, los riesgos psicosociales en energías renovablesson un factor crítico. Turnos cambiantes, climatología adversa y tiempos de respuesta ajustados tensionan la operación. Cuando la concentración falla por agotamiento o sobrecarga mental, se erosiona la fiabilidad de los procedimientos y la efectividad del equipo.
Esta dimensión sigue infravalorada. Se perfeccionan EPIs y protocolos de trabajos en altura, pero la fatiga y la sobrecarga psicológica se asumen como “normalidad” laboral. Es un error: son detonantes silenciosos de incidentes evitables si se gestionan preventivamente.
Ejemplos en campo
En mantenimiento eólico, los desplazamientos largos, las intervenciones urgentes y el trabajo en altura elevan la carga física y cognitiva. En fotovoltaica, el calor extremo o el viento sostenido añaden estrés térmico y presión operativa. La suma convierte la fatiga en un riesgo estructural del sector, no en un problema individual.
Medidas prácticas y sostenibles
La prevención de los riesgos psicosociales en energías renovables no requiere más papeleo, sino organización del trabajo orientada a la persona:
Planificar descansos reales y micro-pausas operativas.
Rotar turnos y limitar jornadas acumuladas.
Formar en gestión del estrés y en técnicas de recuperación.
Establecer canales de reporte de fatiga sin estigma, con respuesta ágil.
Ajustar objetivos y SLAs cuando el riesgo operativo lo exija.
Estas medidas reducen siniestralidad, estabilizan el rendimiento y mejoran la retención de talento.
Marco técnico y referencias
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) integra los factores psicosociales en la salud laboral y promueve su evaluación y control. A escala europea, la EU-OSHA ofrece recursos para identificar, valorar y mitigar estos riesgos en sectores técnicos. Incorporar estas guías a los sistemas de gestión facilita auditorías coherentes y mejora la trazabilidad preventiva.
Compromiso y acción desde AEMER
AEMER impulsa que la prevención sea integral, técnica y humana. La asociación promueve espacios de aprendizaje aplicados al mantenimiento renovable y refuerza la cultura preventiva con foco en la persona operadora.
En esa línea, AEMER organiza el evento “La importancia de la prevención de riesgos”, un foro para alinear productividad y bienestar, compartir experiencias del terreno y revisar enfoques de coordinación entre actores del mantenimiento. El encuentro aborda cómo integrar los riesgos psicosociales en energías renovables en los planes de prevención, cómo medir la fatiga operativa y qué indicadores utilizar para activar acciones correctivas antes de que el riesgo se materialice.
De la teoría a la práctica
Para empresas de operación y mantenimiento, el salto práctico incluye:
Mapear tareas críticas con alta demanda cognitiva y térmica.
Introducir check-ins de estado (pre-tarea y post-tarea) que detecten alerta reducida.
Programar ventanas de recuperación tras incidencias complejas o rescates.
Diseñar guardias y rotaciones que respeten ritmos circadianos.
Medir carga de trabajo real con datos de desplazamientos, clima y tiempos de intervención.
AEMER facilita el intercambio de buenas prácticas y el acceso a proveedores y compañías con soluciones ya implantadas, acelerando la curva de adopción sectorial.
Conclusión
La energía limpia necesita entornos de trabajo saludables. La prevención será completa cuando los riesgos psicosociales en energías renovables formen parte del núcleo del sistema de gestión. Proteger a quien coloca una línea de vida incluye asegurar que llega descansado, con recursos y con una organización que escucha. Ese enfoque reduce incidentes, mejora la disponibilidad de activos y refuerza la reputación del sector.